Lo que está circulando en estos
días respecto a la nacionalización de YPF se puede pensar sin lugar a dudas
desde una Teoría del conflicto y más precisamente de un conflicto bipolar.
Remo Entelman en Teoría del conflicto. Hacia un nuevo
paradigma estipula que existe conflicto
cuando hay objetivos incompatibles entre las partes o ellas creen que sus
objetivos son incompatibles.
Ya definido el concepto de conflicto veamos porqué es
bipolar. Lo es en la medida en que todo conflicto tiende a la bipolaridad. No podemos decir que tal o cual conflicto es bipolar, sino que el hecho radica en
que las partes ajenas a la contienda tienden a tomar posición por algunos de
los actores en cuestión.
Las partes de todo conflicto
involucran a actores (en nuestro caso Repsol y el Estado argentino) y a
terceros. En el actual conflicto de estatización de YPF, la imagen del “tercero
protector” es la que nos interesa exponer para así estar en condiciones de afirmar
que el Estado español no es un actor, y por lo tanto no lo es tampoco la
sociedad española al no estar directamente
involucrados en la disputa. Lo que se entiende por tercero protector es aquella
parte que cuenta con muchos recursos (económicos, financieros y políticos) para
influir en el conflicto a favor de unas de las partes en contienda. El problema
radica entonces en que este gobierno español se asume como tercero protector en el conflicto, es decir, como
protector de una de las partes: Repsol.
Lo que nosotros vamos a tratar de esclarecer es la real o
falsa posibilidad del gobierno español como tercero protector a partir de las
políticas y herramientas que viene utilizando este país. Cabe aclarar que esta
posibilidad deviene en una imagen que para sí mismo quiere el gobierno español,
imagen construida a partir de diversos discursos que circulan hoy en lo medios
masivos más poderosos de nuestro país.
Estamos en condiciones de ver la manera en que
la estatización de YPF produjo tanto política como discursivamente una bipolaridad en el conflicto.
Sabemos que REPSOL está
conformada en su mayoría por acciones extranjeras como el Banco Francés Paribas
y la petrolera Pómex de México (fijémonos sin asombro el apoyo de México a la
empresa española en este conflicto).
Con esto queremos aclarar, para empezar, que la sociedad
española no tiene por qué sentirse perjudicada; los grandes afectados son
Repsol como corporación, los intereses privados y los títeres políticos que se
manejan desde la empresa pero NO la ciudadanía española.
Para visualizar la actuación o no
del gobierno español como protector de Repsol conviene delimitar, como ya
dijimos, algunas de las herramientas que viene utilizando el gobierno español
(y sus aliados económicos y financieros, incluyendo los medios de comunicación)
previamente al proyecto de nacionalización, al mismo tiempo que las medidas
concretas realizadas una vez presentado este proyecto.
Por ejemplo, la situación de la
madre patria dentro del G-20. Si España es un invitado y no un miembro
permanente, si España tiene sólo una participación indirecta en el G20, ¿Por
qué amenaza con que Argentina deje de formar parte de este grupo?, ¿Se puede
considerar “protector” de una empresa de esa magnitud un Estado que no tiene
representatividad propia y directa en un organismo que reúne las ocho potencias
del mundo y once economías emergentes sino que se presenta como parte de la
Unión Europea?
Sigamos. Habría un supuesto apoyo
de EEUU al gobierno español, supuesto porque aún no se leyó o escuchó nada al
respecto por parte del gran país del norte, pero no olvidemos que dentro de la
conformación accionaria de YPF, el 17,10% pertenece a inversiones individuales
las cuales en su mayoría son y seguirán siendo norteamericanas.
Una vez presentado el proyecto en
nuestro país, el ministro exterior de España declara que la Argentina deja
presentado un precedente crítico y preocupante para las inversiones extranjeras
en su país y toma como medida concreta la compra de biodiesel a la UE, incluso
cuando los costos son mayores.
Ahora bien, medidas españolas
tales como solicitar el apoyo de Bruselas y pretender que el tema se exponga en
el Foro Económico Mundial son medidas que perfectamente se las puede
considerar como amenazas para nuestro país en este conflicto, ya que no hay
prácticas de acción concretas que nos perjudiquen y las que hay son de poco
magnitud (como, por ejemplo, la suspensión que hizo la comisión europea de la
reunión a desarrollarse en Argentina en el corriente mes por el “supuesto clima
de hostilidad que vive el país”).
¿Qué podemos sacar en limpio
hasta el momento? Que de acuerdo a las medidas-amenazas de España respecto de
Argentina, éstas no nos hablan más que de la falta de recursos con que cuenta
el país ibérico para afrontar este conflicto. Como es sabido, los altos grados
de desempleo, la reducción del PBI, el aumento de la deuda externa, la
reducción de salarios y beneficios sociales como la salud, etc. son notas
características de la reciente economía de este país.
Si el gobierno español se
considera un tercero protector, ¿Qué protección pretende darle a Repsol si sus
medidas ante el conflicto no son más que amenazas al Estado argentino y su
situación política y económica actual es más que deplorable?. Este tercero no
está en condiciones de llamarse protector porque no dispone de herramientas de
gestión concretas para proteger a nadie. No es un estado poderoso y no es
inmune a que otros terceros en cuestión reaccionen contra esta situación
(recordemos que aunque el Banco Mundial se ha presentado en contra de la estatización,
el FMI y el G-20 dijeron que no quieren influir en problemas bilaterales,
considerando este caso como una cuestión de soberanía).
Por otro lado, existen por demás
hechos concretos que demuestran que los actores son dos, Repsol y el Estado
argentino y que, en el afán de protección del Estado español al primer actor,
no entra en juego la sociedad española. Lo primero que podemos decir es que no
es novedad la influencia que tuvo desde siempre Repsol en la política exterior
española a lo largo de gobiernos “socialistas” y liberales.
Para
seguir conociendo a este actor en contienda es necesario remarcar, en palabras
de Juan Torres López, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de
Sevilla, que su comportamiento
en el exterior resulta sencillamente vergonzoso y justifica que el gobierno
español hubiera condenado hace tiempo sus desmanes y tropelías. En Ecuador,
Bolivia y otras latitudes ha provocado grandes daños medioambientales y
sociales y vulnera constantemente los derechos humanos de pueblos enteros, generando una ingente deuda ecológica allí donde actúa. Como otras
multinacionales, que en realidad no tienen patria alguna, Repsol ha promovido
gobiernos totalitarios con los que puede llegar a acuerdos que la exonerasen de
pagar impuestos y cuando otros dignos y con vergüenza se lo han exigido ha
puesto el grito en el cielo y recurrido a su españolidad, como ahora, para
recabar el apoyo de gobiernos y medios de comunicación.
¿Dónde estaban entonces los defensores del libre mercado y la competencia, de la justicia, la libertad y los derechos humanos?
¿Dónde estaban entonces los defensores del libre mercado y la competencia, de la justicia, la libertad y los derechos humanos?
Teniendo en claro esto, varias agrupaciones
españolas como el Observatorio de la Deuda en la
Globalización (ODG), el Observatorio de las Multinacionales en América Latina
(OMAL), Ecologistas en Acción, ACSUR-Las Segovias y Associació Catalana
d`Enginyeria Sense Fronteres (ESF), Los
Indignados, etc. exigen a Rajoy la no intervención en el conflicto. Gran parte
de la juventud española aclara no sentirse parte de la contienda por el simple
hecho que Repsol NO los identifica. Pareciera que para el Estado
español, Repsol es un sinónimo de España toda en este conflicto ¿que nos
aqueja?.
España decidió eliminar las
importaciones del biodiesel, sin embargo tenemos la posibilidad de utilizar este producto para
el mercado interno (de acuerdo a que existe demanda suficiente), por lo tanto
no se produciría un daño tal como el que pretende el gobierno español a través
de su medida.
El apoyo de países hermanos de
Latinoamérica como ser Ecuador, Venezuela, Brasil y Uruguay fue concreto. Estos
países realizaron declaraciones de respeto a la decisión tomada por Argentina al
considerarla una decisión soberana como estableció el ministro de relaciones
exteriores de Brasil. Siguiendo esta línea de apoyo, recordemos que el propio
FMI, en palabras del Jefe del Departamento Occidental, Nicolás Eyzaguirre, consideró
esta medida una decisión de soberanía.
Resulta necesario aclarar que debido
al conflicto en cuestión, las inversiones extranjeras en argentina no dejarán
de existir. La petrolera francesa Total, primer productor de gas en el
país y uno de los principales actores del sector en el mundo, indicó que se
encuentra en una posición “fuerte” y que aumentará su producción en Argentina. El ministro de Planificación, Julio de Vido,
declaró que la compañía china
Petrochemical Corp invertiría 10.000
millones de dólares en la "nueva YPF" donde el estado argentino pasa a ser el principal accionista y quien
establece las reglas de juego.
Esto se visualiza más claramente
en el hecho de que luego de una semana de presentado el proyecto hubo un real
aumento de acciones y producción en nuestro país.
De acuerdo a todo lo planteado,
estamos en condiciones de afirmar que definitivamente el gobierno del país
ibérico no es el tercero protector que cree ser ya que el contexto mundial así
lo indica. El conflicto hoy en día es entre el Estado nacional argentino y una
corporación privada que cuenta con el apoyo de títeres políticos que pretenden
“actuar” como sus defensores.
Estamos vivenciando el triunfo de
la política sobre la economía, y en este sentido todos los argentinos podemos
quedarnos tranquilos de las posibles “represalias” de estos cuervos
empresariales y brindar por esta medida nacional y popular que nos entrega lo
que es nuestro.
¡¡Salud compañeros!!
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